Opioid Abuse Fatality Report – Spanish

El impacto de la crisis de los opioides llegó a la comunidad médica de Missouri el 15 de diciembre de 2014. Ese fue el día en que, a solo dos meses de cumplir 30 años, Derek sucumbió a una sobredosis de opioides.

La noticia fue devastadora para su madre, Kelly O’Leary, voluntaria desde hace mucho tiempo de la Alianza de la Sociedad Médica Metropolitana de San Luis, y su marido Timothy O’Leary, MD, oncólogo de radiación en el Hospital Mercy Jefferson, cerca de San Luis.

“Era un buen chico. Era muy inteligente y no quería que esto sucediera”, dijo Kelly. “Su muerte fue completamente innecesaria”.

Según los estándares normales, Derek estaba bien logrado para su edad. Se había graduado en la universidad, había obtenido un MBA y había servido durante cinco años en la Marina de Estados Unidos. Estaba comprometido para casarse. Pero, en los últimos 12 años, también había luchado de forma intermitente contra la adicción a los opiáceos.

La relación de Derek con los opioides comenzó de forma inocente. En 2002, tras romperse el brazo jugando al fútbol americano en el instituto a los 17 años, le recetaron Oxycontin como medida normal para aliviar el dolor. Un año después, jugando al fútbol, se rompió el brazo en el mismo lugar. Le volvieron a recetar Oxycontin.

Derek había descrito a su madre cómo, más allá del alivio del dolor, el Oxycontin le hacía sentir diferente.

Después del instituto, Derek asistió a la Universidad de Florida, donde se licenció. Pero Kelly veía que las cosas no iban bien. Después de la universidad, la familia le instó a iniciar un tratamiento ambulatorio. Kelly recordó: “Había estado bebiendo mucho y abusando de las recetas. Encontraron Vicadin en su organismo. Tuvo un fallo hepático a los 22 años por culpa del Vicadin”.

Afortunadamente, el tratamiento ambulatorio tuvo éxito. Derek trabajó durante un año y luego se alistó en la Marina, donde manejaba radares y sonares. En la Marina, los marineros son sometidos a pruebas de drogas con regularidad, señaló Kelly.

Pero en su quinto año en la Marina, tuvo mala suerte y se lesionó la rodilla. Los cirujanos de la Marina le practicaron una cirugía experimental. Sin conocer el historial de Derek o a pesar de él, le recetaron Oxycontin. La adicción volvió a aparecer. Derek siguió recibiendo recetas del enfermero.

Finalmente, la Marina se dio cuenta de que tenía un problema y le puso en tratamiento, que continuó después de terminar su alistamiento.

Once meses después de dejar la Marina, Derek vivía en Toronto con su novia. Planeaban casarse y mudarse a San Luis.

Pero la adicción se impuso. Derek fue encontrado muerto en su apartamento ese diciembre. El informe toxicológico mostró que su organismo contenía fentanilo, la forma sintética de alta potencia de la heroína. También se encontraron cinco medicamentos recetados que obtenía a través de la VA como veterano discapacitado.